miércoles, 15 de octubre de 2014

Fernando Paulsen se equivoca 

en su entendimiento del Evangelio

El  periodista chileno dejó entrever su concepción del Evangelio de Cristo en radio ADN este lunes 13 de Octubre, en medio de sus comentarios de las acusaciones de Ricardo Ezatti a tres reconocidos sacerdotes católicos.

    El reconocido periodista Fernando Paulsen vertió algunas opiniones de la pugna entre el líder de la Iglesia Católica chilena, Ricardo Ezatti, y su  supuesta acusación al Vaticano de tres sacerdotes católicos.
    Como pastor evangélico, no pretendo comentar estas disputas que suceden en el interior de esta Iglesia, sino más bien, analizar desde una perspectiva bíblica las ideas que se encuentran en nuestro país acerca de lo que es y no es el Evangelio. 

1.- El Evangelio de Jesús está en oposición a las leyes del Dios del Antiguo Testamento.
    Fernando Paulsen señaló que el Dios airado del Antiguo Testamento nos dios leyes que obedecer, pero Jesús nos ama  tanto que no importa lo que hagamos, pues vino a mostrarnos que Dios no se relaciona  con nosotros por medio de leyes. 
    Según esta concepción Jesús está en oposición con el Dios veterotestamentario. Sin embargo, las Escrituras no dicen eso. El mismo Señor dijo "Yo y mi Padre uno somos" (Juan 10:30), por lo cual no hay desavenencia. También dijo: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas;  no he venido para abrogar,  sino para cumplir". (Mateo 5:17).
    El Evangelio no está en oposición al Antiguo Pacto, sino más bien es su cumplimento en Cristo, Debido a que nosotros no podemos cumplir las demandas de un Dios santo, Jesús tomó nuestro lugar.
    Sin embargo, Dios no baja sus normas morales. Es más, Jesús las elevó en el conocido Sermón del Monte. En forma reiterada leemos en este discurso público del Salvador: "Oísteis que fue dicho... Mas yo os digo". En cada una de esa ocasiones muestra que sus demandas son más grandes que las que se encontraban en la ley mosaica. A modo de ejemplo, baste destacar que en el Decálogo se prohibía el adulterio (7° mandamiento);  a esto, el Señor Jesús dijo a sus oyentes: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,  ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5:28) Claramente las demandas de Jesús y el Evangelio superan con  abundancia las exigencias que existían en la ley de Moisés. Si alguien espera estar en una correcta relación con Dios, creyendo que Él bajará sus normas, está completamente equivocado.

    Hay maravillosos pasajes en el Antiguo Testamento que nos recuerdan el amor de Dios, como por ejemplo: "Con amor eterno te he amado;  por tanto,  te prolongué mi misericordia". (Jeremías 31:3). En contrapartida, hay claras advertencias en el Nuevo Testamento acerca de vivir nuestra vidas en desobediencia al Dios Santo. Pablo dijo: "Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego,  para dar retribución a los que no conocieron a Dios,  ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesalonicenses 1:7, 8).
    Este supuesto antagonismo entre el Nuevo y Antiguo Pacto no tiene su origen en la Biblia, sino que fue una propuesta del hereje del II siglo, llamado Marción, cuyas ideas fueron rechazadas por los cristianos de su tiempo. No pensemos que el Evangelio favorece la idea de un "dios light" que nos va a dejar vivir enlodados en el barro del pecado sin estremecerse por nuestra condición. El Evangelio es buena noticia para el gran problema humano del pecado.



2.- El Evangelio tiene alcances universales.
    En el mismo programa de radio ADN, el periodista señaló que "El Evangelio de Jesús llega a todas las personas, inclusive a aquellas que no creen". Pero ¿Es esto cierto?
    Si bien sabemos que Cristo murió en la cruz y que el Evangelio debe ser predicado a toda criatura, las Escrituras nunca afirman que sus beneficios ya han alcanzado (ni que tampoco lo harán en el futuro) a todos los seres humanos. 
   El Salvador dijo: "Entrad por la puerta estrecha;  porque ancha es la puerta,  y espacioso el camino que lleva a la perdición,  y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta,  y angosto el camino que lleva a la vida,  y pocos son los que la hallan". (Mateo 7:13, 14) También afirmó: "No todo el que me dice:  Señor,  Señor,  entrará en el reino de los cielos,  sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos". (Mateo 7:21)
    El Evangelio es un ofrecimiento que se hace a toda persona, pero no todos vienen a Cristo. No porque seamos un país con profundos valores católicos, significa que todos son cristianos. Tampoco  yo, por pertenecer a una tradición evangélica, soy cristiano. Al Evangelio no se entra por asentir a ciertas verdades religiosas ni por algún rito de la infancia, niñez ni la adultez, sino por venir a Jesús, y sólo a Jesús, en arrepentimiento y con el deseo de ser transformados por Él. Ese es el mensaje que predicaron los apóstoles y por el cual estuvieron dispuestos a sacrificar sus vidas. Nunca lo olvidemos.
    El pastor Timothy Keller dice en su libro Iglesia Centrada:  
El evangelio es las buenas noticias de que hemos sido rescatados o salvados. ¿De qué hemos sido rescatados? Del castigo venidero (1 Ts 1:10), la ira de Dios, pues nuestra relación con Él está quebrantada. Porque estamos alienados de Dios, nos sentimos sicológicamente, socialmente y físicamente alienados. A partir del Paraíso vivimos en un mundo lleno de sufrimientos, enfermedades, pobreza, discriminación racial, desastres naturales, guerras, envejecimiento y muerte, y todo esto proviene de la ira y maldición de Dios sobre el mundo. Sin embargo, nuestro gran problema no viene de las relaciones “horizontales”, aunque son las que más a menudo saltan a la vista; sino nuestra relación “vertical” con Dios.
   No todos los seres humanos viven en una nueva relación con Dios por medio del Evangelio de Jesús y no todos entienden en que consiste este Evangelio. Por lo cual, aquellos que hemos sido rescatados por Cristo, debemos proclamarle.


3.- El Evangelio consiste en aliviar las necesidades sociales de los más desposeídos.
    Muchas personas arreciaron sus críticas contra Ricardo Ezatti debido al reconocimiento que gozan los tres sacerdotes cuestionados. La actitud de estos tres hombres es del todo loable, pues su espíritu de entrega y de amor hacia otros debe ser imitada. Sin embargo, ¿Esto es el Evangelio? ¿Está centrado el Evangelio en el área social? No.
    El Evangelio es la restauración de todas las cosas por medio del Señor Jesús, pero hay que diferenciar muy bien en lo que el Evangelio es y en lo que el Evangelio produce. Cito nuevamente al pastor Timothy Keller
"Es verdad que el evangelio trae soluciones al sufrimiento e injusticia, pero lo hace resolviendo en primer lugar, el más profundo de los problemas humanos, el problema de la relación del hombre con su Hacedor, por lo que si no ponemos en claro esta solución como la base, estaremos desvirtuando el mensaje. El evangelio es ante todo la divulgación de la obra de Cristo en nuestro favor, lo que Él hizo POR nosotros".
    Pablo, hablando acerca de su llamado a ser un apóstol de Jesús y su encuentro en Jerusalén con los demás apóstoles, nos muestra algunas indicaciones que les dieron a él y a su acompañante Bernabé: "Reconociendo la gracia que me había sido dada,  Jacobo,  Cefas y Juan,  que eran considerados como columnas,  nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo,  para que nosotros fuésemos a los gentiles,  y ellos a la circuncisión. Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres;  lo cual también procuré con diligencia hacer". (Gálatas 2:9, 10)
    Estos hombres trataron de predicar el Evangelio, sin descuidar las necesidades materiales de sus oyentes, pero nunca reemplazando el Evangelio con las necesidades materiales. Las dos deben ir unidas, pero no son lo mismo.
    Escribiendo a los cristianos de Roma, el apóstol Pablo dijo: "Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,  y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,  serás salvo". (Romanos 10:8, 9)    

    Si alguien no está dispuesto a decir y a vivir con Cristo como su Señor, no ha entendido el Evangelio de Jesús.  Es indudable que la Iglesia Evangélica chilena a llegado en muchos sectores de baja condición social, donde ha crecido notablemente. Pero lo ha hecho apuntando a la necesidad que tenemos de relacionarnos correctamente con Dios.
     Si ayudamos a las personas a mejorar su situación económica les haremos un gran bien. Pero si les ayudamos a las personas para que conozcan a Cristo, por medio de las Escrituras, y así, sean reconciliados con Dios, les haremos un bien eterno.



   Es el deber de todos los cristianos dar a conocer en qué consiste el Evangelio del Señor Jesucristo,  Nuestro mundo, tiene una gran confusión de ideas, lo que hace que la vida y muerte del Salvador parezca algo lejano, extraño e irrelevante. No pretendamos cambiarlo sino que digamos con Pablo:
"Porque no me avergüenzo del evangelio,  porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;  al judío primeramente,  y también al griego". (Romanos 1:16)





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