sábado, 20 de diciembre de 2014

¿QUÉ HACEMOS CON LA NAVIDAD?



¡Se nos fue el año! Nos encontramos a mitad del mes de Diciembre y ya la mayoría de nosotros está haciendo una evaluación de todo lo vivido. Y como siempre sucede en esta fecha, nos encontramos con las fiestas de fin de año: la Navidad y el Año Nuevo.
Pero es, sin lugar a dudas, la primera de estas festividades la que causa mucho revuelo y comentarios entre cristianos. Es por esto que me gustaría plantear la pregunta ¿Qué debemos hacer los cristianos en fechas como éstas?
Me parece que esta pregunta es importante porque nos guste o no (y me parece que a todos nos gusta) el 25 de Diciembre es un día festivo. Además el momento se da para reflexionar acerca de lo que nos ha sucedido. Estamos en un período en el que todos tendemos a pensar en lo bueno y malo que hemos vivido. Entonces, cobra real importancia saber qué hacer durante ese día.
Dicho de otra forma ¿es lícito que el cristiano celebre la navidad? Y si la respuesta es afirmativa, ¿qué tipo de celebración se debe hacer?
Creo que el mero hecho de plantear estas preguntas les puede parecer a algunos creyentes el rendirse frente a nuestro mundo moderno, pero espero que  puedan esperar hasta el final del desarrollo del tema para hacer un análisis completo.
En este día comenzaremos hablando acerca de esta festividad revisando tres influencias que ella tiene. Y en el próximo blog, con la ayuda del Señor, veremos que hacer como cristianos.
Para poder hacer cualquier análisis de esta festividad es necesario que conozcamos de donde viene. Y me da la impresión que ya muchos saben que esta no es una festividad cristiana basada en la Palabra de Dios. Esto es algo que debemos afirmar categóricamente, pues el hecho de conocer la realidad del origen de esta celebración, nos permitirá tomar decisiones a conciencia.
Podemos afirmar que la actual fiesta navideña es una mezcla de diversas prácticas, algunas muy antiguas y otras un poco más modernas. Revisemos tres influencias de esta fiesta.



I.- INFLUENCIA PAGANA
Cuando usamos el término pagano, no queremos hacerlo en una forma peyorativa. Lo usamos para referirnos a las prácticas antiguas que no tienen una conexión directa con el cristianismo. La Real Academia Española define a un pagano como alguien “idólatra y politeísta”[1].
Y la historia nos muestra que algunas de las prácticas que se realizan en nuestras actuales fiestas de navidad, tienen su origen en pueblos sin relación con el cristianismo histórico. Por ejemplo, el popular árbol de navidad tiene su origen en los pueblos del norte de Europa.
En el Hemisferio Norte se produce el solsticio de invierno el día 21 de diciembre. Esto quiere decir, que durante esas 24 horas se produce el menor día y la noche más larga. Para muchos de estos pueblos, ese día es considerado sagrado, pues trae la esperanza de que a partir de esa fecha, los días serán cada vez más largos.
Esta fiesta se conoce en la actualidad como Yule y de acuerdo a Wikipedia, está relacionada con la mitología germana y el paganismo nórdico. El Yule originalmente duraba trece días a partir del 21 de Diciembre[2].



Llama la atención saber que esta festividad estaba centrada en la familia con una buena comida, recordando a las personas que ya no estaban vivas. Era durante esta festividad que las personas colocaban árboles en sus casas, principalmente abetos, y los adornaban de diversas formas. En la actualidad la religión de la Wicca y Asatru, la celebran.
Como cristianos sabemos que los días no son buenos ni malos en sí mismos y que no representan dioses ni fuerzas de la naturaleza personales. El cristianismo, debido a que es monoteísta, ve en la creación la obra de Dios, y por eso le damos gracias al Creador. Eso es lo que nos sugiere David en uno de sus salmos.

  Los cielos cuentan la gloria de Dios,
 Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
 Un día emite palabra a otro día,
 Y una noche a otra noche declara sabiduría.                           (Salmo 19:1, 2)


A medida que el Imperio Romano avanzaba en su conquista de pueblos, también asimilaba  muchas de sus costumbres. Es así que partes de estas prácticas ancestrales fueron adoptadas por los romanos con el nombre de Saturnales. Esta festividad comenzaba el 17 de diciembre con una duración de entre 3 a 7 días. En esos días intercambiaban regalos y se servía un gran banquete para los esclavos, los cuales podían disfrutar de gran libertad.
Luego de esta festividad, se celebraban las fiestas de fin de año. Y entre ambas fiestas los romanos celebraban durante el 25 de diciembre el cumpleaños del dios romano Sol Invictus. Para ello encendían hogueras y velas para echar atrás la oscuridad del invierno y, de esta forma, darle la bienvenida a días cada vez más largos.
Por lo tanto, tanto el día en que se celebra la navidad como el árbol de navidad, no tiene relación con el cristianismo, tiene un origen pagano, y esto debe servirnos de advertencia para revisar bien cada festividad y examinarla a través  dela Palara de Dios.


II.- INFLUENCIA CATÓLICA
Todo lo anterior sería simplemente estudio de académicos e historiadores sin ninguna relación directa con la vida cristiana actual, si no hubiese ocurrido asimilación de estas prácticas durante el correr de los siglos.
Muchas de estas costumbres que eran originalmente paganas, fueron asimiladas por una cultura en la que el cristianismo se volvió la religión dominante.
¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre? Si no hay pruebas de que Jesús haya nacido un 25 de diciembre, ¿por qué se celebra la Navidad en esa fecha?
La Enciclopedia Católica señala en su artículo Christmas, que la...
“...Navidad no era una fiesta de la Iglesia primitiva. Ireneo (130 al 202 d.C.) y Tertuliano (160 al 220 d.C.) la omiten de sus listas de festividades. Orígenes, tal vez mirando las deshonrosas celebraciones de los natalicios de los emperadores, señala que en las Escrituras solo los pecadores, no los santos, celebraban sus cumpleaños”[3].
En ese mismo artículo se indica que un par de siglos después del comienzo del cristianismo, se propusieron fechas para el nacimiento del Señor tales como el 20 de Mayo, 20 de Abril, 28 de Marzo y el 10 de Junio. 
No fue sino hasta el siglo IV que se relacionó el nacimiento de Cristo con el 25 de Diciembre. El Diccionario de teología de Everett Harrison señala al respecto:
“Los cristianos primitivos no observaban la fiesta del nacimiento de Jesús a la que no le dieron la importancia que tenía su muerte y resurrección.
En el oriente y después en el occidente celebraban el nacimiento de Jesús el 6 de Enero, en conexión a su bautismo. Un día en el que los paganos celebraban la fiesta de Dionisio, asociado con un alargamiento de los días. La noche que abarcaba enero 5 al 6, se dedicaba al nacimiento de Cristo y el día 6 al bautismo.
Un papiro del siglo IV contiene la liturgia más antigua de la navidad. La fiesta de la navidad fue separada de la epifanía entre el 325 al 354 d.C. en Roma. En el 336 se confirmó el 25 de Diciembre como el nacimiento de Cristo. Es posible que este asunto haya sido propuesto por Constantino quien evidentemente eligió esa fecha por la fiesta pagana del Sol que era tan popular.
Gregorio Nacianceno y Crisóstomo popularizaron esta fiesta en Constantinopla, pero recibió un fuerte rechazo a través de todo Oriente especialmente en Antioquía de Siria. Egipto no la aceptó hasta el 431. Armenia nunca la aceptó”[4].
  
¿Resultó beneficiosa esta idea del catolicismo? Claramente la respuesta es no. La iglesia de Roma decidió adoptar esta fecha para que los paganos pudiesen acercarse el cristianismo, de tal forma que hubiese una transición entre sus prácticas. Sin embargo, lo que resultó al final fue una mezcla de ideas.
En la Edad Media la fiesta de Navidad se celebraba con mucha solemnidad en las iglesias, y le llamaban Christmas, que significa la Misa de Cristo. Sin embargo, fuera de ellas la gente continuaba celebrando con borracheras.
Para el año 1500 la navidad se celebraba en forma muy extendida por toda Europa. En esta época se popularizaron los villancicos, en los cuales las personas cantaban en las calles y pedían bebida a los dueños de las casas. Era una festividad para embriagarse.
Por tal motivo, Juan Calvino, uno de los grandes hombres de la Reforma Protestante, dijo sobre la navidad cuando predicó el 25 de diciembre de 1551:
«Ahora, veo aquí más gente que la que estoy acostumbrado cuando doy un sermón. ¿Por qué será? Es día de navidad. ¿Y quién les dijo esto? Pobres hombres. Ese es un adecuado eufemismo para todos ustedes que han venido aquí hoy a honrar a Noel. ¿Pensaban que estarían honrando a Dios? Consideren qué tipo de obediencia a Dios vienen mostrando[5]».

De modo que cuando echamos a correr el reloj de la historia nos damos cuenta como esas prácticas llegaron a toda Europa, tanto Católica como Protestante. Para muchas personas el origen que tuvo esta festividad se fue diluyendo, y simplemente la asociaban al nacimiento de Jesús.

  

III.- INFLUENCIA COMERCIAL
Pero esta fecha tuvo un gran impulso durante el siglo XIX y XX. Fue en este período de la Revolución Industrial, que muchas de las prácticas actuales se asentaron en la cultura popular.
Por ejemplo, las conocidas luces de navidad se inventaron en 1882 por Edward  Johnson, vicepresidente de la empresa de Thomas Edison.
El personaje central de esta festividad, el Viejo Pascuero, fue producto de un poema de Clement Clark Moore, profesor de literatura Griega; quien tuvo una idea que cambiaría la visión de la navidad. En 1822 escribió un poema de 52 versos llamado “Una visita de San Nicolás”. Algunas de sus estrofas dicen:
Era la noche antes de Navidad, cuando en toda la casa
no se movía ni una criatura, ni siquiera un ratón.
Los calcetines colgados en la chimenea con cuidado,
esperando que San Nicolás pronto estuviera allí…
¿Y qué es lo que mis ojos maravillados vieron aparecer?
Un trineo en miniatura, y ocho pequeños renos,…
Con un conductor pequeño y viejo, tan vivo y rápido,
que supe al momento que debía de ser San Nicolás
¡Era gordito y rollizo, talmente un duende viejo y alegre,
y me reí sin querer cuando lo vi[6].



Fue también en el siglo XIX que Charles Dickens escribió el famoso Cuento de Navidad en cual el viejo gruñón Scrooge, se opone a todo lo que tenga que ver con esta festividad.
Fue en estos dos últimos siglos que esta festividad adquirió un carácter comercial. De esta forma, se empezó a hacer popular en el mundo Occidental, llevando elementos que nos recuerdan el nacimiento del Señor Jesucristo con otros que no tienen ninguna relación con el cristianismo.


Estos son los hechos, esta es parte de la historia de la navidad. No fue celebrada por los primeros cristianos y tampoco la fecha ni muchas de sus prácticas actuales calzan con el cristianismo histórico.
Sin embargo, nuevamente debemos volver a la pregunta ¿Qué hacemos con la navidad? Creo que todo lo que hemos dicho no es suficiente para responder esta pregunta. El saber su origen y su desarrollo no es lo mismo que contestarnos que hacemos ahora en el siglo XXI con dicha fecha.
Ese día es festivo de igual forma, ¿cómo enfrentamos los cristianos esa fecha, los días previos y la conmoción que genera en muchas personas? Con la ayuda del Señor lo veremos en el siguiente blog.

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